Pero poca gente se imagina que nuestra oficina puede ser un lugar en el que millones de bacterias campan a sus anchas, y que este es el motivo de muchas bajas laborales en las empresas.
Limpieza en oficinas post-pandemia
A lo largo de la pandemia de la Covid-19, las personas nos concienciamos mucho más acerca de lo fácil que es transmitir virus y bacterias a través de los gestos más cotidianos. Dejamos de darnos la mano como modo de saludo formal y de abrazar a nuestros seres queridos, porque el contacto físico resultó ser uno de los mayores transmisores del coronavirus.
Nos acostumbramos a lavarnos las manos con agua y jabón con mucha más frecuencia y a conciencia. Hemos incorporado también los geles hidroalcohólicos en nuestro día a día. Sí, porque nuestras manos suelen ser portadoras de virus y bacterias que vamos depositando en todo lo que tocamos.
Tu oficina no es una excepción y la convivencia de muchas personas en un mismo lugar durante muchas horas supone un intercambio de virus y bacterias que debes tener en cuenta. Como office manager ya sabrás que un correcto conocimiento de las zonas más sensibles y una buena gestión de la limpieza de oficinas serán claves para evitar o, al menos minimizar, por ejemplo, el contagio de enfermedades entre la plantilla.
Los rincones favoritos de las bacterias en la oficina
Cuando se plantea un servicio de limpieza de oficinas, tenemos muy en cuenta aquellos lugares que son más sensibles de acumular bacterias, por eso prestamos especial atención en repasarlos según los procedimientos y con los productos adecuados. ¿Sabes cuáles son? Nos aproximamos a ellos según entramos cada día en nuestro puesto de trabajo.

Los botones de los ascensores
La mayoría de nosotros nos proponemos utilizar las escaleras para hacer ejercicio, pero, lo cierto, es que acabamos utilizando el ascensor varias veces al día. Y claro, todos pulsamos los botones. Si sumamos, además, que el ascensor del edificio no es exclusivo para tu oficina, sino que lo comparten varias empresas, como sucede en muchos edificios de Barcelona, entonces extrapola la cantidad de personas que pueden depositar bacterias en ellos a lo largo del día.
Aunque durante la pandemia muchos nos acostumbramos a pulsar los botones del ascensor con los codos e incluso se popularizaron unas llaves que evitaban tocar los pulsadores, lo cierto es que la mayor seguridad es la que te da una correcta limpieza de tu oficina que se ocupe a fondo de los elementos sensibles.
Las puertas de la oficina
Nos pasamos el día tocando las puertas, sobre todo las manillas, para entrar, salir, abrir y cerrar. Son elementos que sufren una enorme manipulación y, aunque hay materiales que ayudan a evitar la acumulación de bacterias, como el cobre, el bronce, el cinc o el níquel, lo cierto es que la mayoría de ellas son de acero inoxidable. Pues precisamente este material es el que más favorece su reproducción.
Muchas empresas han colocado dispensadores de gel hidroalcohólico junto a las puertas de las oficinas, pero en lugares de mucho tráfico es imposible tener la seguridad de que todo el mundo los usa. Así que lo ideal es asegurarse una buena limpieza.
Mesas y escritorios
Esto te va a sorprender, pero según datos de la Universidad de Arizona, en la mesa de una oficina se pueden encontrar hasta cuatrocientas bacterias más que en un inodoro. Este es el lugar donde pasamos más horas del día, por tanto, el que más toqueteamos a lo largo de la jornada.
Si comes en tu horario laboral dentro de la empresa, es importante que evites hacerlo en tu escritorio, ya no solo para evitar todas las bacterias que puedan haberse acumulado en él, sino también porque dejar allí restos de comida podría llamar la atención de otras plagas que no querrás en tu oficina, como hormigas o cucarachas.

El teclado y el ratón del ordenador
Aunque suelen ser de uso personal, también puede darse el caso de que varias personas compartan un mismo equipo informático. Sea cual sea tu caso, durante la jornada laboral de oficina nos pasamos el día tecleando, pasando nuestras manos y nuestros dedos constantemente sobre el teclado y también sobre el ratón del ordenador. También es posible que entre las teclas se depositen pelos, pestañas, o algún resto de saliva, por lo que es un elemento a través del que podemos contagiar y contagiarnos algún tipo de dolencia.
Los teléfonos
Al ser un elemento que entra en contacto muy próximo con la boca de las personas, la gente suele ser más consciente de que en él se pueden acumular gérmenes, virus y bacterias. Seguro que hemos visto a algún compañero pasar un pañuelo por el micrófono antes de utilizar el teléfono de la oficina.
Pero hay que realizar una limpieza en todo el dispositivo, mejor con algún desinfectante adecuado, ya que no son solo las partes que aproximamos más a nuestra cara las delicadas, sino que muchas las manos pasan por los teléfonos a lo largo del día.
Las impresoras y fotocopiadoras
Las impresoras y fotocopiadoras suelen ser dispositivos de uso compartido en las empresas y de los que utilizamos con mayor despreocupación. Pero muchas manos las tocan a lo largo del día, sobre todo la zona de botoneras y la parte destinada a abrir la cubierta.
La máquina de café
Frente a la máquina de café solemos reunirnos con nuestros compañeros de oficina de manera distendida, sin preocuparnos de todas las manos que pasan por allí a lo largo del día.
Y, en este caso no se trata solo de la importancia de una correcta limpieza externa, sino que es recomendable que se limpien con frecuencia todos sus elementos. Por ejemplo, según la revista Nature, los contenedores donde se depositan las cápsulas usadas son un lugar muy común de proliferación de distintos tipos de bacterias.

La cocina
Cada vez más empresas, precisamente para evitar que la gente coma en los escritorios o disponga únicamente de un rincón para el café, instalan cocinas en sus oficinas.
Obviamente, aunque es una idea fantástica para hacer jornada continuada, aprovechar mejor el tiempo y también para hacer comunidad entre los equipos, es obvio que este es uno de los puntos críticos en la limpieza de oficinas.
Todos los elementos que encontramos en una cocina son susceptibles de atraer a las bacterias y aquí podríamos encontrarnos con la aparición de problemas de salud más graves por la contaminación de alimentos.
Ojo también con estropajos, bayetas o paños que deben ser cambiados con frecuencia.
Los baños
Son otro de los puntos críticos en la limpieza de oficinas, ya que en ellos encontramos las bacterias más peligrosas. Pero no solo hablamos de la acumulación en el propio inodoro, sino que grifos, puertas, dispensadores de jabón entre muchos otros deben estar perfectamente limpios e higienizados.
Combatir la proliferación de bacterias en nuestra oficina es una tarea ingente y muy importante para garantizar la seguridad de las personas que trabajan en ella, por eso, contar con un equipo profesional de limpieza de oficinas puede ofrecerte enormes ventajas que te liberarán de muchas preocupaciones.